La Confederación Internacional de Logias Escocesas fue fundada el 12 de marzo de 2022, 129 años después de la creación de la última orden masónica europea. La CILE responde a un movimiento regeneracionista de la Masonería contemporánea y parte por tanto, de una gran escisión de logias procedentes de Le Droit Humain. Algunas de las logias se integraron en otras obediencias mixtas, otras pasaron a continuar trabajando bajo la bóveda celeste y la R:.L:. El Trabayu se integra como co-fundadora de este nuevo proyecto.
Para nuestra Logia, en activo desde el año 2018, la Confederación representa la promesa de una Francmasonería que crea las verdaderas condiciones de emancipación de sus miembros hacia la construcción de un mundo mejor, en aplicación de sus principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad y en total respeto para las opiniones y creencias de todos los hermanos.
Asumiendo el principio de libertad, nos oponemos a todo dogma y defendemos el estado laico, los derechos civiles y el libre pensamiento. Afirmamos, como no podía ser de otra manera, la igualdad entre el hombre y la mujer, como demuestra el carácter mixto de nuestra Logia. Desde ese mismo principio de igualdad, nos oponemos a toda discriminación por razones sociales, étnicas, filosóficas o religiosas.
Fieles al principio de fraternidad, nos comprometemos a trabajar para obtener para todos los seres humanos el más alto desarrollo material, moral, intelectual y espiritual, condición necesaria para conseguir una sociedad fraternalmente organizada. Como consecuencia lógica de esto, afirmamos nuestro internacionalismo.
Trabajamos, por lo tanto, al progreso de la humanidad. Y lo hacemos trabajando sobre nosotros mismos, intentando ser mejores y hacer así mejor nuestro entorno. Asumimos así un doble carácter, individualista y colectivo, puesto que aunque nuestro trabajo sea individual y sobre nosotros mismos, lo hacemos también en colaboración con nuestros hermanos y hermanas para así lograr la mejora colectiva.
Hija de la Ilustración, la Masonería afirma su compromiso con el estudio y la educación como herramientas necesarias para el progreso social. El acceso a la cultura no puede ser un privilegio, sino un derecho y a la vez un deber para todo ciudadano consciente. La cultura nos hace más libres, puesto que nos permite profundizar en la búsqueda de la verdad y del conocimiento.
Dado que el camino hacia estos fines es una tarea ardua, decidimos que el nombre de nuestra logia sea El Trabayu, como símbolo de nuestro compromiso con nuestros ideales y como homenaje a una antigua Logia de Trubia, fundada en abril de 1872 bajo la cobertura del Gran Oriente Nacional de España. En 1880, contaba con 22 miembros activos, casi todos trabajadores especialistas del metal y operarios de la Real Fábrica de Armas de Trubia. Nueve años después, el número de miembros activos se duplicó. Todos los hermanos tomaban nombre simbólico, pues tenían enemigos enconados: la iglesia católica y los periódicos conservadores.